¿Cómo imaginamos el futuro y cómo incide esa visión en nuestras decisiones actuales? Esta fue la pregunta que guio el desayuno exclusivo de alumni titulado "La historia del futuro", realizado en el ESE Business School. La actividad fue liderada por Ángel Soto, MBA ESE y profesor titular de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de los Andes, y por Hugo Benedetti, profesor del Área de Economía y Finanzas del ESE Business School.
La jornada comenzó con una exposición de Ángel Soto sobre cómo distintas civilizaciones han concebido el tiempo y el futuro a lo largo de la historia, desde miradas cíclicas y proféticas en la antigüedad hasta el surgimiento de la noción de progreso y de proyección individual en el Renacimiento. "Hoy vivimos una verdadera aceleración histórica", señaló Soto, "y en ese sentido, el futuro cobra un papel muy especial. Nunca, a lo largo de la historia, el futuro se ha pensado de la misma manera como lo hacemos nosotros".
Posteriormente, los asistentes participaron en un ejercicio interactivo que los posicionó según su visión del futuro (optimista o pesimista) y el nivel de impacto que creían que tendrían los cambios venideros. Los resultados, obtenidos en tiempo real, abrieron la conversación sobre cómo distintas generaciones —especialmente los más jóvenes— tienden a tener visiones más alarmistas del porvenir.
A partir de esta dinámica, los expositores reflexionaron sobre la importancia del pensamiento crítico como una herramienta esencial para mirar el futuro con más claridad y tomar decisiones estratégicas informadas. "El pensamiento crítico es la capacidad de identificar un problema y tomar una decisión basada en evidencia", explicó Soto.
En esa línea, Benedetti advirtió que cuando una sociedad comienza a proyectar un futuro negativo, puede caer en una profecía autocumplida. "Empezamos a tomar decisiones pensando que el futuro va a ser peor, y por tanto el futuro empieza a ser cada vez peor", señaló. "No quiere decir que todo en el futuro siempre va a ser mejor, pero probablemente no va a ser tan malo como lo estamos anticipando", enfatizó.
El encuentro concluyó con un diálogo abierto entre los asistentes sobre el rol de quienes ocupan posiciones de liderazgo. La invitación final fue a basar nuestras decisiones en la evidencia y no en narrativas cargadas de miedo, asumiendo un compromiso activo con la construcción de futuros más deseables desde el presente.