Senior MBA 2018 del ESE Business School y académico de la Universidad de los Andes. En esta columna, Ángel reflexiona sobre cómo enfrentar un futuro incierto y multipolar, destacando la importancia de la prospectiva estratégica y del pensamiento crítico para anticipar escenarios y tomar mejores decisiones. Plantea que la planificación no puede basarse solo en intuiciones, sino en evidencia y análisis riguroso, e introduce el modelo CRITIC-AI, una guía para integrar la inteligencia artificial con el criterio humano, asegurando que la innovación tecnológica se alinee con la ética, la estrategia y la responsabilidad intergeneracional.
Vivimos obsesionados con el tiempo y, en ese eje temporal, el futuro se presenta hoy no como una ruta única e inevitable, sino como un escenario complejo, multipolar e incierto. Esta diversificación de futuros demanda una transformación en nuestra percepción del tiempo, reconociendo que este es moldeable y que podemos influir en él a través de la infraestructura, la educación, la inversión, etc. De hecho, la conciencia del futuro afecta directamente la toma de decisiones y la planificación a largo plazo, tanto a nivel de políticas públicas como en las expectativas individuales y de las empresas.
Para navegar esta incertidumbre se vuelve crucial el Corporate Foresight (o prospectiva estratégica). Este enfoque implica explorar, anticipar y prepararse activamente para múltiples futuros posibles, un método que organizaciones y gobiernos adoptan para planificar ante la incertidumbre. La previsión, que se valora como parte de una cultura organizacional y social que fomenta la innovación y la educación, no puede basarse en la intuición; la lección es que la decisión estratégica debe fundamentarse en la data.
Aquí entra en juego el Pensamiento Crítico, definido como la habilidad para identificar un problema raíz y tomar una decisión basado en evidencia. Éste, es esencial para enfocar nuestra energía en el análisis de tendencias y el fomento de innovaciones. Este proceso mental exige pensar cómo se esta pensando, cuestionar el marco de referencia y buscar activamente la evidencia. Junto al pensamiento estratégico, el pensamiento crítico es vital para identificar las acciones necesarias para cambiar y ser parte del futuro.
Sin embargo, en un mundo impulsado por la innovación tecnológica y la automatización, el criterio humano necesita un manual riguroso: ahí nace CRITIC-AI. Este modelo funciona como el manual mental diseñado para tomar decisiones inteligentes que integran la tecnología con la inteligencia humana. CRITIC-AI articula los pasos esenciales del pensamiento crítico aplicado a la inteligencia artificial, comenzando por contextualizar (¿Qué problema estamos resolviendo realmente?) y obligando a reconocer supuestos que se han aceptado sin cuestionar.
El marco impulsa a interrogar alternativas y a testear la evidencia, asegurando que la decisión no sea mero cálculo. Crucialmente, exige implicar el impacto (¿A quién ayuda y a quién perjudica esta solución?, vinculando la estrategia con la ética y la responsabilidad intergeneracional. El proceso culmina con una conclusión con criterio y la Aplicación Iterativa, listos para aprender y ajustar si hay fallos. La máxima es clara: la IA sin criterio no es inteligencia, es solo cálculo.
La lección final que nos deja la prospectiva estratégica y el pensamiento crítico es que la pregunta esencial, lo que define su calidad, no es cuál es el futuro real, sino cuál es el futuro que queremos construir.
El profesor Ángel Soto se ha referido respecto a este tema en un reciente Desayuno Alumni. Revisa la nota aquí: /alumni/noticias/una-nueva-conversacion-sobre-el-futuro-reunio-nuevamente-a-alumni-del-ese/2025-09-05/151622.html