Funerales narco: síntoma del debilitamiento del Estado

En días recientes, Chile ha sido nuevamente testigo de un "espectáculo" que debería alarmar profundamente: el funeral de un líder narco. Esta vez en Quilicura, realizado con despliegue ostentoso, una carroza de lujo, cortejo acompañado por (pretendidos) "hinchas" organizados, y una presencia policial reforzada. Entorpeció el desarrollo de la vida normal de los vecinos, incluyendo el cierre de establecimientos educacionales y un consultorio. No se trató, pues, de una simple despedida familiar, sino de una demostración de fuerza del crimen organizado, convertida en acto público y sin oposición efectiva del Estado.

Todavía más inquietante es que este tipo de ceremonias se desarrollan no solo con permisividad, sino bajo resguardo oficial. La policía actúa para "evitar desórdenes", pero en la práctica termina garantizando la realización del show. Con ello, se normaliza lo que debiera ser combatido, y el Estado —lejos de ejercer su autoridad— retrocede. En vez de enfrentar con decisión estas expresiones que glorifican al delito, el poder público se muestra falto de convencimiento, debilitando así su rol esencial de garante del orden, la seguridad y la legalidad.

Descarga el archivo para seguir leyendo.

Autor:

Álvaro Pezoa B.

Fecha de Publicación:

06 de mayo del 2025