15 de octubre

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Liderar con propósito: El exitoso debut del programa “El rol del director en organizaciones sin fines de lucro”


Un estreno que superó todas las expectativas

Durante este mes, el ESE Business School fue escenario de la primera edición del Programa Focalizado "El rol del director en organizaciones sin fines de lucro", impulsado por el Centro para el Desarrollo de Iniciativas Sociales (CEDIS). El programa reunió a líderes de fundaciones, corporaciones y organizaciones sin fines de lucro que buscaban profesionalizar su gestión y fortalecer su propósito.

Desde el inicio, el ambiente fue de entusiasmo genuino. Los asistentes —directores, ejecutivos y fundadores— llegaron con una misma inquietud: cómo gobernar mejor para servir mejor. 

"Las fundaciones son motores invisibles del desarrollo social", señaló en la apertura Cristina León, directora ejecutiva del CEDIS. "Pero para seguir generando impacto y confianza, necesitan directorios que combinen vocación con conocimiento técnico y ético", remarcó.

Excelencia académica al servicio del impacto social

El programa, dirigido por el profesor Raúl Lagomarsino —director del CEDIS—, combinó el rigor metodológico del ESE con la mirada práctica del trabajo en terreno.

Durante dos intensas jornadas, los participantes abordaron los temas más relevantes de la gestión moderna de las organizaciones sin fines de lucro: gobernanza, reputación, ética, riesgos legales, liderazgo y propósito estratégico.

Entre los profesores invitados estuvieron figuras destacadas del ámbito empresarial, jurídico y social: Alfredo Enrione, Raúl Lagomarsino, Álvaro Pezoa, Pablo Halpern, Felipe Aldunate, María José Zaldívar, Jennifer Soto, María José López y los abogados del estudio Prieto Abogados, Mario Gorziglia y María Jesús Becerra, especialistas en cumplimiento, responsabilidad de directores y gobierno corporativo.

El resultado fue un programa de excelencia, que combinó análisis profundo, reflexión ética y herramientas prácticas para el día a día de los directorios sociales.

Gobernanza con sustancia

El aula se convirtió en un laboratorio de ideas. Alfredo Enrione, profesor del ESE y experto en gobierno corporativo, dio el puntapié inicial con una provocación: "Un director de una fundación no solo responde ante la institución, sino ante la sociedad. Gobernar bien es un acto de servicio".

Su clase fue una inmersión en la arquitectura del buen gobierno: la composición del directorio, los mecanismos de evaluación, los límites del poder y la rendición de cuentas. Habló también de legitimidad moral y del deber de escuchar antes de decidir. "Un director que no pregunta pierde perspectiva; uno que no escucha, pierde propósito".

La brújula institucional

Felipe Aldunate, director del área de Economía y Finanzas del ESE, tomó la palabra. Desde su experiencia en programas de Gobierno Corporativo y Empresas Familiares, conectó el rigor del mundo empresarial con la sensibilidad del mundo social.

"La buena gobernanza no depende del tamaño de la organización, sino de la claridad con que se definen los roles", sostuvo, y agregó que "un directorio no está para opinar, sino para decidir con método".

Habló de estructuras sanas, procesos transparentes, diversidad de miradas y cultura de rendición de cuentas. "Las fundaciones —añadió— necesitan la misma disciplina que una empresa, pero con una brújula moral más clara. Gobernar bien no significa controlar: significa cuidar".

Los asistentes lo escuchaban atentos. Algunos intercambiaron miradas cómplices: aquella "gobernanza con alma" parecía, al fin, posible.

Le siguió Álvaro Pezoa, director del Centro Ética y Empresarial del ESE. Con un tono más filosófico, invitó a los asistentes a reflexionar sobre la ética del liderazgo: la diferencia entre hacer lo correcto y hacerlo bien. "La ética no es una cláusula adicional del gobierno corporativo; es el corazón que lo sostiene", afirmó el académico.

Pezoa se refirió a la integridad, la libertad interior y la humildad como virtud directiva. En un momento, levantó la mirada y expresó: "El mejor directorio es aquel que toma decisiones que podría defender frente a quienes más sufren las consecuencias de esas decisiones".

Los abogados de Prieto: Responsabilidad, prevención y confianza

El bloque jurídico del programa, a cargo de los abogados de Prieto Abogados, Mario Gorziglia y María Jesús Becerra, abordó con claridad los desafíos que enfrentan los directores de fundaciones en materia de responsabilidad civil, cumplimiento normativo y ética de la gestión.

Explicaron los marcos legales que regulan las organizaciones sin fines de lucro (OSFL) en Chile y entregaron herramientas para prevenir conflictos de interés, mejorar los estándares de transparencia y fortalecer los controles internos.

"Ser director no es un rol honorífico —advirtió uno de los expositores—. Implica responsabilidad fiduciaria, deber de diligencia y la obligación de proteger el patrimonio y la reputación de la institución".

Así, los abogados insistieron en que una buena gobernanza no solo evita riesgos legales, sino que también construye confianza social, uno de los activos más valiosos en el mundo de las fundaciones. "La ética y el cumplimiento no son frenos, son motores de sostenibilidad. Las organizaciones que actúan con integridad duran; las que improvisan, desaparecen".

El taller jurídico fue uno de los más valorados por los participantes, por su enfoque claro, aplicado y directamente vinculado a los desafíos reales que viven los directorios hoy.

Reputación y comunicación con propósito

La siguiente sesión estuvo dedicada a la reputación institucional y la comunicación estratégica, a cargo de Pablo Halpern, director del Centro de Reputación Corporativa del ESE.

Halpern destacó que la confianza pública se ha vuelto el principal activo —y el principal riesgo— de las organizaciones del tercer sector. "La reputación ya no depende solo de lo que haces, sino de lo que transmites, de cómo te perciben los demás", explicó. "Y eso requiere consistencia: ser, hacer y parecer alineados".

"Cada fundación tiene una historia que contar. Cuando esa historia se conecta con la gente, inspira apoyo, credibilidad y donaciones sostenibles".

Enfatizó que la comunicación debe integrarse en la estrategia institucional y no limitarse a la difusión de logros. La reputación, afirmó el académico, no se gestiona con campañas, sino con coherencia diaria entre discurso y acción.

Los asistentes valoraron especialmente el tono cercano y provocador de la sesión, que los llevó a reflexionar sobre la responsabilidad comunicacional de los directorios en tiempos donde la transparencia es sinónimo de legitimidad.

Confianza y vínculo con propósito

Una de las sesiones estuvo a cargo de María José Zaldívar, directora general de Fundación Teletón, con la conferencia "El rol del director ejecutivo y su cercanía con el directorio".

Desde su experiencia al frente de una de las instituciones más reconocidas del país, Zaldívar habló con autenticidad sobre la relación entre el liderazgo ejecutivo y los órganos de gobierno: "No se trata solo de gobernar bien, sino de hacerlo conectados con el sentido profundo de la misión", señaló.

Recalcó que los directorios deben ser espacios de confianza y colaboración, no de control. "Cuando el propósito se diluye, la gestión pierde alma", dijo con énfasis, y subrayó la importancia de mantener la cercanía emocional con la causa: "El mejor directorio no es el que sabe más, sino el que siente más lo que representa".

Su intervención conectó con todos los presentes, porque recordó que detrás de cada fundación hay personas, y que las decisiones estratégicas también deben tener corazón.

Servir desde la autenticidad

El cierre del primer día estuvo a cargo de Jennifer Soto, directora de empresas y de Fundación Camino, con la exposición "Unirse a un directorio: más que un cargo, una oportunidad de impacto".

Soto habló desde la experiencia, pero también desde la convicción. "El mejor director es quien siente la misión en lo profundo. No se trata de figurar, sino de servir con humildad, compromiso y amor por la causa".

Recalcó que integrarse a un directorio, es un acto de servicio con responsabilidades concretas: definir la misión, apoyar la gestión ejecutiva, velar por la ética institucional e impulsar la sostenibilidad financiera: "En el mundo empresarial medimos rentabilidad; en el social, medimos impacto. Y eso cambia todo".

Su charla fue sincera, emotiva y profundamente inspiradora.

Del propósito a la acción

El cierre del programa estuvo a cargo de María José López, fundadora de Fundación Contrabajo, quien ofreció una exposición fresca y apasionada titulada "Desde la idea a la acción".

En la ocasión, contó su experiencia de pasar de un sueño personal a una organización con impacto real. "Una fundación nace del corazón, pero se sostiene con gestión", afirmó. "La pasión no basta: hay que aprender, medir y profesionalizarse".

López reflexionó sobre los desafíos de crecer sin perder el propósito original, y sobre la importancia de liderar con autenticidad en un entorno social que exige resultados tangibles.

Su testimonio cerró el programa con una nota de energía y convicción, recordando que las fundaciones no son solo proyectos: son comunidades vivas de personas que creen en un mismo sueño.

Un programa que marcó un estándar

La primera edición del programa fue evaluada con máxima satisfacción. Los participantes destacaron la calidad de los profesores, la pertinencia de los contenidos y el ambiente de aprendizaje colaborativo.

"Fue una experiencia de excelencia académica y humana —comentó una participante—. Uno sale con la certeza de que dirigir una fundación es un privilegio, pero también una enorme responsabilidad".

El CEDIS ya trabaja en la segunda versión del programa para el año 2026, que incluirá nuevas temáticas sobre innovación, sostenibilidad y alianzas intersectoriales.

"Queremos seguir formando líderes que dirijan con ética, visión y propósito", adelantó Cristina León. "Este primer ciclo nos demostró que existe un deseo real de aprender, compartir y profesionalizar la dirección del sector social".

Así, el programa "El rol del director en organizaciones sin fines de lucro" no fue solo una experiencia formativa: fue una declaración de propósito colectivo.

Los asistentes salieron inspirados, con nuevas herramientas y con una certeza compartida: que liderar con excelencia también es una forma de servir; "Dirigir bien es servir bien", concluyó uno de los asistentes al cierre, y agregó que "este programa nos enseñó exactamente eso".