¿Cuáles son las implicancias éticas que deben enfrentar las empresas y sus colaboradores con la llegada de la inteligencia artificial?, ¿es necesario realizar nuevas normas legislativas para regular el buen uso de la inteligencia artificial?, fueron algunas de las preguntas que se discutieron en el seminario "Desafíos Éticos para la empresa frente a la cuarta revolución industrial", el que fue organizado por el Centro de Ética Empresarial del ESE Business School de la Universidad de los Andes.
La encargada de dar inicio a la actividad fue María Paz Hermosilla (ver presentación), miembro del panel de expertos que asesorarán al ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, en materia de inteligencia artificial y directora del GobLab de la Universidad Adolfo Ibáñez . Durante su exposición, se refirió a cuáles son los desafíos a los que la sociedad se debe enfrentar en cuanto al uso de información personal con el que las nuevas tecnologías tienen de las personas, y que pueden utilizar para diferentes fines.
"Existen principalmente tres elementos riesgosos que se deben considerar con esta cuarta revolución tecnológica que está ocurriendo, estos están ligados a los asuntos éticos, de privacidad, discriminación y opacidad. Por eso, cuando estemos creando un nuevo modelo de negocios tenemos que preocuparnos de estos aspectos y cómo se van a percibir en los diferentes stakeholders", comentó Hermosilla.
Por otra parte, la expositora se refirió a los problemas que se generan con la obtención de datos personales, señalando que el mal uso que se les dé a estos, puede ocasionar la infracción de ciertos derechos o generar dilemas éticos, como por ejemplo la discriminación, elecciones arbitrarias e inferencias erróneas.
"Hay una serie de acciones que se realizan con la utilización de datos que pueden infringir ciertas normas sociales. Por ejemplo, las inferencias. Las inferencias, que gracias a las técnicas de inteligencia artificial pueden ser bastante certeras, también pueden infringir ciertos derechos, derechos por ejemplo de empleo, derecho a un crédito, yo puedo inferir algo que puede ser totalmente distinto a lo que es la realidad", explicó.
Posteriormente fue el turno de exponer de Pablo Zegers (ver presentación), uno de los fundadores de Anastasia, empresa dedicada a proveer soluciones de software basadas en Inteligencia Artificial, quien habló sobre lo que está ocurriendo con esta nueva revolución tecnológica.
"Lo que está pasando ahora es una revolución tecnológica de una magnitud de lo que fue en su momento la introducción de la electricidad en el mundo en el siglo XIX. Pero esto es más grande, y va a cambiar muchas cosas. La inteligencia artificial tiene la pretensión de hacer todo lo que el ser humano sabe y reemplazar al ser humano y todas sus actividades", comentó Zegers.
Así también, el fundador de Anastasia explicó los dilemas éticos que surgen con la incorporación de la inteligencia artificial a las actividades del día a día de las personas.
"Es un hecho de que cada vez vamos a trabajar con más máquinas, que van a aumentar nuestra capacidad de hacer cosas, pero esto va a generar una serie de problemas. Todas las personas naturalmente establecemos un filtro ético sobre lo que hacemos, pero una máquina no tiene esto, por lo tanto, las empresas deberán estar conscientes de que este es un tema al que le deberán prestar atención, algo que antes de la irrupción de esta tecnología no significaba una mayor preocupación para las organizaciones", afirmó Zegers.
Luego, Radoslav DePolo (ver presentación), ex ministro titular del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, se refirió a si es importante establecer nuevas normas para el uso cada vez más habitual de la inteligencia artificial por parte de las empresas y las personas.
"Tenemos que caminar hacia una inteligencia artificial responsable. Y cómo llegamos a esto, haciéndonos algunas preguntas: ¿quién responde por lo que hace la inteligencia artificial?, ¿se debe regular?, ¿sirve la regulación actual? Algunos se cuestionan si es necesario legislar sobre la inteligencia artificial, considerando que hay normas de libre competencia, protección al consumidor, sanciones penales, etc. Esta es una conclusión errónea, porque la inteligencia artificial involucra problemas nuevos que no son fácilmente encasillables en el tipo de problemas que la legislación chilena está acostumbrada a resolver", dijo DePolo.
En esta misma línea, el abogado señaló que "se requiere algo específico para fiscalizar los asuntos ligados a las nuevas tecnologías, porque se escapan de la esfera de acción tradicional. Así también, el uso de la inteligencia artificial implica que quien fiscalice, tiene que tener la capacidad y facultades para hacerlo y eso es una brecha que hay que cubrir y partir dando a quien se designe, las facultades para poder regular".
Finalmente se realizó un panel con los expositores, el que fue moderado por Álvaro Pezoa, director del Centro de Ética Empresarial, en donde se profundizaron los temas expuestos y se dio espacio a preguntas por parte del público.